16 de noviembre de 2010


¡Una vez más!

Están repitiendo en la tele el último video del nuevo cantante de turno,
un guacho prolijamente despeinado, bien parecido,
que aparenta tener mundo.

¡Una vez más!

Es su primer éxito,
y con él se recibió de artista consagrado,
tiene el diploma en su habitación,
arriba de la cama, colgado.

¡Una vez más!

Suena bien,
se mueve bien,
tan perfecto que no parece humano,
luce unos jeans nuevos y limpios,
pero desgastados,
y está pensando en lanzar su fragancia al mercado.

¡Una vez más!

Las chicas mueren por su barba de dos días,
su cara de trasnochado,
su desinterés interesado,
su rebeldía contenida .

¡Una vez más!

Los chicos lo detestan, lo odian, lo critican,
pero más de uno lo ha cantado en la ducha,
o lo ha bailado en la soledad de su cuarto.

¡Una vez más!

Hay muñecos con su cara,
hay gel con su nombre, para el cabello,
hay discos en colaboración con otros artistas del momento,
y hasta toallitas femeninas perfumadas con el sudor de su último concierto.

¡Una vez más!

Están pasando en la radio el tema nuevo del próximo cantante de turno,
que pronto tomará el escenario de su ídolo, que ya está viejo.

¡Una vez más!

Artistas de medio tiempo.