Se desplomó,
de fauces,
con el anzuelo ansioso del tiempo en el labio superior...
enterrado.
Se desmoronó,
de espina,
con sus alas fuera del agua,
hacia el cielo,
palmas arriba.
Se desbordó,
de costado,
con sus encías sobre arena mojada,
exigiendo a las branquias...
consuelo.
Se desvistió,
de escamas,
con su piel rasguñada por las cicatrices del viento.